Los tejos (Taxus) son un género de árboles coníferos de la familia Taxaceae, propios de las zonas montañosas, con ambientes frescos y húmedos, y que prefieren los terrenos calizos
Pueden alcanzar una altura de hasta 20 metros. Aunque con frecuencia se desarrolla de manera desigual, su copa es piramidal con abundantes ramas que salen del tronco en sentido horizontal. El tronco es grueso y con una corteza delgada de tiras pequeñas de color pardo rojizo o grisáceo, alcanzando diámetros de 1,5 metros. Son muy longevos, pudiendo superar los 1500 años de vida. Tiene hojas perennes de 10 a 30 mm dispuestas en dos hileras opuestas, de color verde oscuro por la cara superior y amarillento o glabro por el envés. Es una especie dioica, con pies masculinos o femeninos. Fructifica en forma de arilo carnoso que rodea la simiente, de intenso color rojo y sabor agradable. Maduran en otoño y cada seis o siete años el árbol tiene una producción abundante de frutos. Raramente forman bosquetes, siendo lo común encontrar a los ejemplares aislados. Casi todas las partes de la planta son ricas en alcaloides tóxicos: taxina, taxol y baccatina, siendo el primero el más peligroso, pues puede llevar a la muerte en pocos minutos. El arilo o baya es la única parte libre de taxina, pudiendo ser ingerido con la precaución de retirar la semilla.
Su madera es muy dura, de grano fino y apretado, lo que la hace muy apta para ebanistería y talla, aunque la escasez de piezas de suficiente grosor, debido a su crecimiento muy lento, limita su uso. Durante la Edad Media fue muy utilizado en las Islas Británicas para la elaboración del arco largo, por su resistencia y flexibilidad, hecho que produjo su casi extinción en ese ámbito geográfico.
Usos
En el pasado simbolizaba el triunfo de la vida eterna.
Hoy en día, existen numerosas variedades de tejo que se plantan para decorar los jardines y que se podan para formar setos. Destacan por ejemplo el denominado Tejo de Irlanda o el Tejo dorado (con hojas amarillas brillantes).
El Taxus baccata es ideal para formar setos, barreras, borduras y formas geométricas.
Aunque la presencia de la taxina supone un grave problema para la salud humana, otras substancias sintetizadas dan lugar al taxol, un potente agente anticanceroso. De ahí, su interés farmacéutico y medicinal.
Otro uso importante es el que está relacionado con la madera. Ésta, de color rojizo y gran calidad, se ha utilizado en ebanistería para tallar piezas y mangos de utensilios. En la antigüedad, se desarrollaban arcos y flechas con la leña del tejo.