El Viburnun tinus es una planta autóctona de la península ibérica. Crece salvaje en nuestros montes compartiendo entorno por igual con encinas, coscojas o madroños. Aunque no por ello pasará desapercibido.
El durillo es un arbusto de dureza probada (de ahí en parte su nombre), que aguanta el frío y el calor, el sol o la sombra con estoicismo, permaneciendo siempre verde a pesar del cambio estacional.
Pero, además, suele florecer en invierno, cuando pocos se atreven a presentar batalla al frío.
Mostrará primero sus cabezuelas de botones rosados, que después darán lugar a las pequeñas flores. El resultado será unos bonitos ramilletes blancos, que podrían engalanar a la novia más exigente.
Producen frutos con forma de huevo de color azul oscuro casi negro y se conservan sobre la planta durante bastante tiempo, aportando un toque ornamental muy apreciado.
Se utilizan para formar setos o grupos de varios ejemplares en los jardines por su follaje y la duración de sus frutos. Pueden prosperar en ambientes junto al mar. Son plantas resistentes y de fácil cultivo.
La exposición puede ser a pleno sol o a semisombra. Toleran el frío pero no las heladas intensas y continuadas.
Pueden vivir en un suelo normal de jardín bien drenado.
Los riegos serán moderados teniendo en cuenta que son bastante resistentes a la sequía.
Pueden podarse para darles forma hacia finales de invierno.
No necesitan abonados especiales, basta con el abonado anual del jardín.
Se multiplican fácilmente a partir de esquejes, semillas o por acodo.