La Washingtonia robusta es una de las palmeras más comunes de las regiones templadas y cálidas del mundo. Crece muy rápidamente, hasta el punto de que si las condiciones son adecuadas puede alcanzar el metro de altura en su primer año de vida. Además, las semillas germinan con una facilidad extraordinaria y, por si fuera poco, resiste razonablemente bien la sequía.
Así que, ¿por qué no tener una en casa? Lo tiene todo, bueno, casi. Sus frutos no son comestibles, pero… su mantenimiento es tan sencillo que casi se diría que se le ve movimiento de un día para otro.
La palmera mexicana necesita una exposición directa al sol. Ten en cuenta que así es en casi todos los lados, ya que cuando alcanza grandes alturas (y piensa que es una de las palmeras con mayor velocidad de crecimiento) nada le hace sombra. Sin embargo, al principio y recién plantada tolera un poco de sombra, así que en ese aspecto no te preocupes demasiado.
En cuanto a la temperatura, resiste heladas de hasta -5 ºC y normalmente en ese aspecto no suele haber ningún problema, y mucho menos con respecto a temperaturas altas, ya que piensa que son nativas del propio desierto americano.
Una palmera es sinónimo de ambientes secos y desérticos, en los que no necesita mucha cantidad de agua. Esto es verdad pero con una matización. Sobre todo al principio del cultivo, cuando la palmera es joven y menos resistente debemos asegurar un buen contenido de humedad en el suelo, con riegos frecuentes. Una vez crezca y coja altura, el riego se disminuye y se acostumbra poco a poco a periodos secos. Como queremos lo mejor para nuestra palmera en verano debemos ser generosos con el riego, ya que es cuando más lo agradece y estimularás el crecimiento.
En cuanto al abonado, sigue las mismas recomendaciones que con respecto al riego. Cuando es adulta no requiere la incorporación de estiércol o compost (sin embargo si se puede recomendar). Cuando la palmera es joven hay que ofrecerle los mejores cuidados para encaminarla a su estado adulto, y uno de ellos, a parte del riego, es el correcto abonado.
Conseguir unas especies de Washingtonia robusta es muy sencillo y un buen método para hacerlo es a través de semillas. El poder de germinación de esta palmera es potente y suele tardar unos 2 meses en hacerlo. Una vez adquiera altura suficiente se puede o bien trasplantar al jardín (aguanta muy bien los trasplantes), o pasarlo a maceta más grande y tenerla en el patio o dentro de la casa.