Es posible que recibas un ramo de flores precioso o que tengas el ramo de flores de una novia y te de muchísima pena que se vayan a marchitar. Es posible conservarlo siguiendo unos sencillos pasos.
Y es que las flores secas también tienen su encanto, de hecho, muchas personas nada mas recibir un ramo de flores lo mantienen un par de días y ya empiezan el proceso de secado para que les dure muchísimo más.
Es un proceso muy sencillo que te contamos aquí:
Cuando recibas tu ramo despréndelo de cualquier plástico o envoltorio. Solo tendrás que atar sus tallos con una cuerda o cordón. Si el ramo es muy grande y se desprenden ramas por ello, divide tu ramo en ramilletes para que el secado sea más eficaz. Si el ramo tiene alguna hoja, rama o pétalo en mal estado es mejor que te deshagas de él antes de secarlo.
Una vez tengas tu ramo atado por los tallos es la hora de colocarlo en una estancia a oscuras y, ¡muy importante!, boca abajo. ¿Por qué? Porque así los nutrientes se irán a los pétalos para que se conserven mucho mejor.
Una vez que lo tengas a oscuras, el ramo necesitará respirar por lo que la estancia debería estar ventilada. Este proceso también se puede hacer en un armario, por ejemplo. En este caso, deja que el ramo tenga su espacio dentro del mueble para que respire bien.
¡Lo último que queda es echar laca! Seguro que lo has oído en algunas ocasiones, y la verdad es que es cierto. Este producto hace que las flores se conserven mucho mejor. Hay que rociar el ramo con laca cuando se inicie el proceso de secado.
Siguiendo estos pasos tendrás tu ramo seco en 2 o 3 semanas y así que deberás tener un poco de paciencia para poder disfrutar del resultado final.
Otra opción que existe es secar el ramo entero con gel de sílice. Es menos respetuoso que el secado anterior, porque en este caso tendrás que sumergir prácticamente las flores en este secante y creemos que es un derroche innecesario.