Las rosas a raíz desnuda son aquellas que se venden sin tierra ni maceta, es decir, sus raíces están limpias y a la vista. Así se plantan directamente en el suelo. Este tipo de rosas pueden florecer más temprano que las rosas en maceta.

Se recomienda que las rosas se planten desde noviembre hasta febrero, siendo mejor en la estación de otoño y, así, sus raíces estarán listas para el invierno. Aunque en climas más fríos, es preferible esperar a finales de esta estación. Suelen aceptar cualquier tipo de suelo excepto los que son muy calizos.

En cuanto a la luz, la necesitan, pero no durante un tiempo prolongado porque así es como se marchitan antes y su color puede palidecer. Así que es ideal que busques un sitio donde sepas que vayan a recibir la luz del sol durante algunas horas al día, pero no en exceso.

Para plantar las rosas a raíz desnuda, es necesario:

  • Preparar raíces y tallos con la poda: se recomienda podar ligeramente las puntas de las raíces y quitar las dañadas para que se estimule el crecimiento. También se suele recomendar sumergir las raíces en agua o agua mezclada con tierra para un agarre mejor y para que cojan el agua que necesiten.
  • Cavar el hoyo donde irán los rosales: su profundidad debe equivaler a la longitud y tamaño de todas las raíces para que quepan y evitar que se doblen. Mezcla la tierra que has sacado del hoyo con abonos orgánicos y mantillo especifico para rosales, si lo deseas. Cuando vayas a tapar las raíces con esta tierra mullida, planta a ras del suelo y que el punto de injerto este 5 cm tapado. Si vas a plantar más de un rosal primero debes saber que tipo es y así conocer las medidas exactas que hay que respetar entre uno y otro para que no interfieran en su crecimiento. Puede variar e ir desde los 80 cm a 1 metro.
  • Regar la rosa: riega el rosal Hay quien anima a realizar alrededor del rosal como un hoyo, alcorque o presa para que las raíces reciban agua directamente.