¿A quién no le gustan las rosas? Tanto sus colores, como su belleza y su aroma hacen que cualquier espacio interior o
exterior que pueda deleitarse de su colorido sea un lugar sofisticado, elegante y sobre todo romántico. Porque quizá
otra cosa no, pero las rosas son románticas se miren por dónde se miren. Si te gustan las rosas y te gustaría tener en
tu jardín no debes sentirte intimidado puesto que son más fáciles de lo que te imaginas el poder mantenerlas bien, sólo
tienes que tener paciencia, darles cariño y cuidarlas bien.

Cuando elijas el rosal que quieres plantar deberás
asegurarte que tiene por lo menos una rosa, de esta manera podrás saber cuál será el color de las flores que salgan y
poder elegir de forma acertada el que más te guste.

Si eres principiante en la jardinería evita elegir rosales que
requieran cuidados muy específicos, así que cuando vayas a comprarlo a tu tienda de jardinería habitual pídele al
dependiente que te aconsejo aquellos que no necesiten demasiados cuidados y pide que te los explique bien para poder
cuidar adecuadamente tus rosas.

El lugar donde quieras poner tus rosas deberá ser un lugar soleado (mínimo seis horas al
día) y con un suelo orgánico y con buen riego. Además cuando las coloques fíjate que están colocadas lejos de senderos o
mobiliario para evitar pincharte con las espinas o para que no se estropeen

Una vez que hayas escogido bien el lugar donde irán tus rosas deberás preparar el sitio ya que debes hacerlo de forma precisa. Cuando caves el agujero en la
tierra deberás fijarte que es dos veces más ancho que el cepellón de la planta, así no tendrás problemas futuros.

Además deberás tener en cuenta que cuando llueva no tendrás que estar muy pendiente de su riego, pero cuando no hayan
lluvias tendrás que regarlas por lo menos 3 veces por semana, aunque el suelo deberá estar húmedo pero nunca inundado de
agua.