El mantillo es una capa de material orgánico que se coloca sobre la tierra de las plantas y árboles creando, como su propio nombre indica, un manto. Su composición está hecha a base de hojas, ramas, corteza, paja, y otros materiales orgánicos, pero no hay que confundirlo con el compost.
El mantillo tiene distintas finalidades ya que no solo sirve para abonar plantas y la tierra. Estas son:
- Conserva la humedad del suelo: Al cubrir el suelo con una capa de mantillo, se evita la evaporación del agua y se mantiene la humedad del suelo durante más tiempo. Especialmente efectivo en épocas de calor.
- Controla la temperatura del suelo: El mantillo ayuda a mantener la temperatura del suelo más constante, evitando que se caliente demasiado en verano y se enfríe demasiado en invierno.
- Reduce el crecimiento de malas hierbas: evita que aparezcan malas hierbas gracias a la capa de cubrimiento que crea en el suelo.
- Mejora la calidad del suelo: Al descomponerse, el mantillo se convierte en materia orgánica y enriquece el suelo, mejorando su estructura, fertilidad y capacidad para retener nutrientes.
- Protege las raíces de las plantas en invierno para que éstas sobrevivan.
- Permite abonar de forma lenta y paulatina ya que es un abono de liberación lenta, pero no sustituye ni abonos ni fertilizantes, sino que suma nutrientes a sustratos y compost, por ejemplo.