El bonsai es una técnica de cultivo en macetas pequeñas de algunas especies de árboles, plantas y arbustos ornamentales a los que se cortan brotes y raíces para evitar que adquieran su tamaño normal. Aquí te detallamos información para saber cómo iniciarte en el mundo del bonai.
Bonsái (盆栽 bonsái?) es una palabra de origen japonés que significa literalmente bon = «bandeja» + sai = «cultivar» (aunque etimológicamente procede del término chino 盆栽, penzai, que significa pén = «cuenco» + zāi = «planta») y consiste en el arte de cultivar árboles y plantas, normalmente arbustos, controlando su tamaño para que permanezca de un tamaño muy inferior al natural, mediante técnicas, como el transplante, la poda, el alambrado, el pinzado, etc., y modelando su forma para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza. Es indisociable de la maceta, ya que el bonsái se entiende como el conjunto que conforman árbol y maceta.
Un bonsai es un árbol en miniatura que necesita atención. Cuídalo bien y vivirá tantos años como los ejemplares grandes.
Luz. El bonsái necesita la luz del sol para poder desarrollarse. Lo mejor es situarlo cerca de las ventanas pero teniendo cuidado de que no tenga una exposición intensa.
Temperatura. Nunca debe bajar de los 10º C y, en el exterior, hay que protegerlos de las heladas. Si la temperatura supera los 15º C lo mejor es sacarlo unas 4 horas evitando el mediodía.
Riego. La tierra debe estar siempre húmeda, riega al menos dos veces por semana. Si el agua es calcárea, déjala reposar antes. La vieja costumbre japonesa es regarlos 3 veces, una por la maceta, una por el suelo y otra por el árbol. El agua debe ser templada; pulverizarlos viene muy bien, ya que sirve para crear la atmósfera húmeda que necesita la planta.
Abono. Utiliza abono orgánico sólido para bonsái durante primavera y otoño, el período de crecimiento. Si has trasplantado o podado sus ramas, no abones hasta 30 días después.